domingo, 28 de junio de 2015

Mi tiempo es para aprender.

Tiempo de agradecimiento y reseñas


I. Anotaciones para navegantes


   Si la política social del proyecto cultural, de autoría de la Marca Personal “Juanjo Sánchez” de Coffee with Juanjo, - Porque todo es política-, acoge el compromiso ineludible de hacer felices a los demás para ser feliz, no voy a omitir, dentro de los límites que el inexorable correr del tiempo me permita, publicar entrevistas a cualquier persona razonable bajo su autorización. Podré conseguirlo o no, podré confundirme en la elección (soy humano) y podrán intentar engañarme, mentir sobre mi persona sin haber usado mis zapatos, ni caminado mi camino, podrán poner en entre dicho, con maldad, mi profesionalidad o buscar argucias para desestabilizar un proyecto y una forma de ser. Me dejaré o no, callaré aunque no otorge, me defenderé si lo considero necesario pero no se trata de nada de ello. No trato de hablar de engaños o sinceridades, trato de comunicar que, durante los instantes que perduren los encuentros, las emociones se abracen y entre ambos, protagonista de la entrevista y entrevistador, consigamos un ambiente óptimo para conversar con elegancia y sin reparos desde el respeto, la educación, la diplomacia y el saber estar, para con ello conseguir abrazar ambos corazones, lo seguiré haciendo.

   Después podrán nacer grandes amistades, en otras ocasiones se podrán llegar a construir una nueva familiaridad con la que se adopten, dentro de nuestras propias familias, el corazón de nuevas personas, al fin y al cabo las grandes familias se edifican gracias a los apegos y a los afectos; en otras ocasiones los caminos comenzarán a ensancharse para que, por medio de ellos, acompañemos a nuevos desconocidos y nos sintamos acompañados por grandes personas que hasta el momento desconocíamos en nuestro caminar – Nadie se cruza en nuestro camino por el azar. Llegué a leer en cierta ocasión – ; en otras ocasiones, por suerte, las caretas y los antifaces, las escamas y las corazas, perderán la adherencia sobre pieles insensible y el engaño quedará al desnudo frente a la opinión genera – Tarde o temprano todos acabamos donde debemos de estar – . Es por ello, y por no hacer distinción alguna entre los protagonistas de las entrevistas, la razón por la cual podré entrevistar a cualquier persona que considere adecuada, a pesar de que entre ellos, puedan o no congeniar.

   No me debo a nadie, sino a mi destino, a los pactos de honor, a las alianzas entre caballeros, no entre caballeros y rufianes, a los compromisos por amor o a las responsabilidades a favor de damas o señoritas; me debo y debo agradecimiento a quienes me ofrezcan confianza, sinceridad, complicidad, claridad, cercanía, apoyo incondicional, amistad, compromiso,  …

  La cultura es patrimonio de la humanidad y no socio-políticamente incorrecta o camufladas en palabras diplomáticas recubiertas de mentiras o analfabetismo, palabras dignas de jugar en beneficio de bandos contrarios. En la cultura no existen bandos sino palabras desafortunadas, pensamientos miserables, equívocos sentimientos de alabanzas, inexactos conocimientos, oscuras ignorancias, retrógrados aprendizajes, estancados púlpitos y rancias necesidades de temperamentos robustos que desean mermar las luces de otros en la convicción de que brillaran más si oscurecen el camino de quienes les acompañan en esta vida.

   Y dicho esto, he de dar las gracias a una persona que el viernes me acompañó en un encuentro peculiar, agradable y necesario, a pesar de su inicial suspicacia, no solo para conocernos sino para continuar cimentando espacios culturales y humanitarios. Una persona que acaricia con su alma la piel.

  Me van a permitir su anonimato hasta no ser publicada su entrevista.


II. Mi tiempo es para aprender

“Cuando el alma acaricia la piel las palabras se detienen, los recuerdo asoman, la miradas brillan conteniendo las lágrimas y los acordes de un tiempo pasado reescriben nuevas armonías y melodías de pasión.”
Juanjo Sánchez


    El pasado viernes, como ya he adelantado en líneas anteriores, tuve el placer de entrevistar en el Hotel Reina Cristina de Algeciras a una persona anónima enfrentada, cara a cara, con su figura pública. Una mujer de hielo nacida bajo los truenos y  los relámpagos de un martes 13 infernal, hace unas cuantas décadas; una mujer sólida como un iceberg y suave como el tacto del hielo; cálida como el amanecer y templada como Excalibur “Acero que corta”, vehemente y tentadora como los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal es natural como la vida misma, gladiadora y buscadora de la verdad. Una mujer con sus virtudes y defectos, con su pasado y su presente, con sus verdades y sus dudas, con sus temores y sus pensamientos, con sus lágrimas ocultas y su sonrisa llena de ilusión, con sus sueños y sus emociones, esos con los que, más allá de las críticas destructivas y los sin sabores recibidos, recuerda un pasado feliz y refuerza su carácter, su personalidad y sus dones: el carácter de una mujer acuario con ferocidad felina, la personalidad de una pantera y el carisma de un personaje público dedicado al mundo audiovisual que, con esfuerzo y constancia, lleva años brindando su vida a los medios de comunicación, a la cultura y al arte y que, a pesar del murmullo de los rumores malintencionados, que incitan hacia la apología de la enemistad, continúa en el camino de ofrecer la diferencia necesaria para encontrar opositores que refuercen el sentido de su esfuerzo.         

   La Rubia, muy pronto poco después de la entrevista a D. Francisco Martínez, director del Hotel Reina Cristina o quizás antes, quien sabe, en “Coffee with Juanjo”.
                                                    
Juanjo Sánchez ©

Sevilla, 27 de junio, 2015

lunes, 22 de junio de 2015

Álvaro Aguilar Calvete

ÁLVARO AGUILAR CALVETE - EL CABALLERO DE "LA ALIANZA DE LOS REINOS"  

Nada es lo que una vez fue ni lo que será. El avance y el desarrollo son los pistones que el motor: las ideas, dirigen hacia el progreso. Y si la dignidad es el valor del decoro y la utopía la del indecente cuando las máscaras se desvanecen, los pactos de agresión empuñan armas, las palabras dan paso a la difamación y de los corazones emergen mantis con dimensiones de dragón, el Caballero de la Alianza de los Reinos asoma por el horizonte con el cariño y la ocupación de proteger con su honor, su inteligencia y su ímpetu a quienes, con argucias, han sido víctimas de quienes se sujetan al trono de naipes de sus mentiras.
    
Ingeniero de caminos, caminos que se forman con su cabalgar, es el Caballero de condición medieval al que un día, la naturaleza divina de su concepción, le regaló el sentido de la modestia, de la generosidad, del aprecio y de la educación.

La pureza del medio ambiente en el que se desenvuelve, la influencia de sus sueños y la pasión del sentir, son los inolvidables recuerdos que atesora este personaje, maestro de vocación tardía y escritor amante del Medievo, del misterio, del thriller, de la cultura y del arte.

Álvaro Calvete es descendiente de la persistencia, la resistencia, del poder legendario de las rapaces, la fuerza y la velocidad, la tenacidad y la solidez de carácter, la garra del Águila conquistadora de grandes cimas y complejos desafíos y bondades. La claridad y la suspicacia de sus orígenes castellanos junto a su pasado ancestral en la Serranía de Ronda le abocan a liderar a líderes, pequeños y grandes. 

Ilusionado, de nuevo, por el amor del suave nombre de una mujer, Vanesa coge el timón de su vida y capitaneando el destino, junto a sus novelas, navega en la soledad de sus noches de creación. 


¿Quién está detrás de las novelas “La Alianza de los Reinos” y “La Enviada de Dios”?
    

¡Bueno! Soy yo, Álvaro Calvete Aguilar. ¿Y qué te voy a contar de mí? Es algo complicado. Aunque nací en Ronda, en mi D.N.I. pone que nací en Benarrabá, un pueblecito de la Serranía de Ronda, en la provincia de Málaga, con unos setecientos habitantes, entre los que nos encontramos varios autores literarios, muchos artistas, músicos y poetas. Hay mucho arte y artistas entre tan pocos habitantes.



¿Cómo llegas a Algeciras?

Aunque al comienzo de mi vida, por trabajo de mi padre, Agente Medioambiental, viví hasta los siete años en Jimena de la Frontera, de nuevo por su trabajo hubo un nuevo traslado y nos vinimos a Algeciras, donde ya nació mi hermana Marta, tres años más pequeña que yo.

¿Hacia dónde se dirigió tu futuro?

Hacia la educación. Aunque he de reconocer que hasta que no comencé a ejercer no se despertó en mí la vocación. He descubierto una nueva pasión: los niños y sus aprendizajes. Después de pasar por el Colegio Público “Bahía de Algeciras” y por el Instituto “Levante” de La Línea de la Concepción donde hice Magisterio tuve la suerte de entrar como maestro de Educación Física y de Primaria en el “Colegio Inmaculada” de Algeciras. Mientras, he obtenido muy buenas notas en varias oposiciones pero sin éxito. Existen muy pocas plazas.

Creo que acerté con la profesión que elegí casi por casualidad.

Bueno pero en el camino también se te han despertado las musas de las letras, ¿no?

Comencé muy pequeño a escribir en cuartillas que yo mismo recortaba. Mis primeros escritos los guardo con mucho cariño. Y sí, es cierto que la literatura es otra de mis aficiones, junto al deporte y los viajes.

De ser una afición a lanzarte a escribir un primer libro ¿qué tuvo que suceder para ello?

Dragón Quest es un juego de RPG que me marcó tantísimo que me decidí a escribir “La Alianza de los Reinos”: mi primer libro. Cuando acabé el juego supe que yo también quería contar una historia como aquella. Un libro que describe una historia de aventuras en un mundo ficticio donde la épica, la fantasía, los castillos y las princesas son elementos románticos en la novela.

Los personajes son todos humanos, podrían haber aparecido seres mitológicos pero no, son todos personas ficticias que le dan vida a una novela juvenil del género de la fantasía.

Has hablado hace unos minutos de los habitantes de Benarrabá y que allí hay varios autores e infinidad de artistas. La proporción es bastante alta en comparativa con la población existente, ¿a qué se debe?

(Responde entre risas)

Quizás sean las aguas del Genal, igual que les sucedió a los Hobbits cuando bebieron en el Bosque de Fangorn y les hizo crecer. Tal vez a nosotros nos desarrolla la vena literaria y artística. ¡No lo sé!

Eres muy joven, uno de los pocos que he entrevistado con solo treinta años, así que la respuesta es muy cercana en el tiempo. ¿Qué recuerdas de tu reciente niñez y juventud?

Hasta los siete años pasaba los fines de semana en Benarrabá, el pueblo de mi madre. Luego también, pero ya era más complejo ir desde Algeciras. Desde Jimena en media hora llegabas al pueblo, luego ya tardabas más. Y recuerdo como jugaba todo el día en la calle con mis amigos. Hoy eso se ha perdido. Los meses de verano, que los pasaba allí, poco pisaba la casa. Era una vida sana rodeada de naturaleza y de valores, sin preocupaciones algunas, sin desconfianzas; las puertas de las casas se dejaban abiertas, se vivía con mucha tranquilidad y calidad de vida.

Hoy día cuando echo la vista atrás me llama mucho la atención. Aquello que viví hace poco más de veinte años ya no existe. Era otra época. La era digital ha hecho mucha mella y los excesos hoy día están muy acusados. No es mala la era digital, pero con límites y medidas más definidas sería mucho más provechosa y la vida más equilibrada.

¡Muy bien hablas de Benarrabá!

Y lo que puedo seguir hablando. Podría volverme loco haciéndolo. Es un pueblo junto al Río Genal que desprende magia y hechiza a quien va por primera vez. Su gente es amable, cercana, acogedora; aunque no conozcan al forastero le saludan, le agasajan, le atienden como a uno más de los suyos.

Los productos gastronómicos son todos buenos y baratos, los pocos bares que hay siempre están llenos. Sus paisajes son los de un paraíso terrenal. ¿Qué voy a contar de mi pueblo que no sea cierto y atractivo a la vista y al sentir de su gente y de quienes nos conocen? No sería bien nacido si no fuera agradecido. Y sí, soy un enamorado de aquellas tierras.

De nuevo será el Genal la pócima de mi agradecimiento.



Una niñez con abuelos es lo mejor, ¿verdad?

Tuve la suerte de conocer a los cuatro. Y aunque recuerdo a todos, con mis abuelos de Zamora, Aurelio y Ana, los progenitores de mi padre, no tuve todo el trato que me hubiese gustado por la distancia; solo en verano cuando íbamos a verles, y a pesar de que mi abuela paterna fuese de Algatocín, también de la Serranía de Ronda. A mi abuelo Aurelio, le recuerdo muy estricto. Todo había que hacerlo al milímetro, nunca andar descalzo, siempre dentro de un orden, de otra época, que él se encargaba de vigilar. Para un niño como yo que venía de estar todo el día jugando en Benarrabá, llegar allí me resultaba duro. Mi padre ha heredado esa rectitud, pero los tiempos cambian. Es una persona que sabe adaptarse y dejarse querer. La verdad que tengo la suerte de tener unos padres muy buenos, que tanto a mi hermana como a mí nos han dado, y nos siguen dando todo, y que siempre se han portado con nosotros de forma inmejorable. Solo tengo palabras de agradecimiento para ellos.

Y respecto a mis otros abuelos, los de Benarrabá, pues eran gente del pueblo con las características y similitudes de los habitantes que te he descrito antes.

¿Qué te emociona?

¡Soy una nena! Y encima me encanta. ¡Qué le voy a hacer! Soy muy emocionable. Con cualquier cosa se me puede saltar una lágrima y a veces las emociones me ponen en un aprieto. Cuando presenté La Enviada de Dios, nada más comenzar con los agradecimientos, cuando nombré a mi hermana, quien no pudo venir por estar en Madrid, donde vive, las emociones me comenzaron a azorar.

Es decir, tus motivaciones tienen que ser apoteósicas.

Pues sí, me motiva cualquier cosa.

A pesar de ello, mi mayor motivación es que se lea lo que escribo, y que quien lo haga le guste, se enganche a la lectura, aprenda, quiera seguir leyendo más allá del final. Esa es mi verdadera satisfacción. Hay quienes me han dicho que, en el caso del segundo libro, le ha sido tan fácil de leer que, incluso con algo más de trescientas páginas, lo ha leído en muy poco tiempo. Creo que tú tienes el récord.

Bueno, no rememoremos la gesta. ¿En que número de ventas ha estado este segundo libro?

Entre los cien primeros, en España ha estado máximo en el número cuatro del género policiaco, de suspense y negro.

¿Cuánto tardaste en escribir “La Alianza de los Reinos”?

Cuatro años. Escribo cuando puedo ya que el colegio me ocupa mucho tiempo. Cuando se tiene otro trabajo es muy complicado escribir. Te quita mucho tiempo. 

¿Es cierto que las musas aparecen en la soledad y entre los claroscuros de las sombras de las noches?

Me gusta escribir de noche con la lamparita encendida, en la soledad, con un foco que defina la oscuridad, con los auriculares puestos y la música instrumental de bandas sonoras o música clásica de fondo, ambientando los lugares mágicos que voy creando como escritor. Y la magia se transforma en literatura.

¿Y el segundo, “La Enviada de Dios”?

Soy de los que se lo toman con mucha tranquilidad. El segundo lo acabé de escribir antes de comenzar a trabajar con los niños en el colegio. Quizás si no lo hubiese terminado antes, aún no estaría en el mercado. Suelo tardar varios años. Me gusta informarme, investigar. Soy muy meticuloso, reviso y reviso, y sigo revisando. “La Enviada de Dios” ha sido una obra muy laboriosa que me ha obligado a conocer Barcelona y sus calles; sus direcciones, el tráfico, sus monumentos…

Volviendo a la enseñanza. ¿Cuál es la mejor que se puede recibir?

El ejemplo. No se puede enseñar sin dar ejemplo.



¿Dónde se encuentran tus metas? 

Todos los años, al comienzo de enero, me propongo las que considero. Las escribo y las voy tachando conforme las voy alcanzando.

Son objetivos a corto plazo. La vida hoy no está preparada para que hagamos muchos planes en el futuro lejano, sino para ir cumpliéndolos poco a poco. Igual mañana surge algún imprevisto e impide que se logren metas que estaban organizadas. Igual mañana ya no esté aquí con vosotros. Esto nunca se sabe. ¡Carpe Diem! 

Por desgracia la vida de hoy es como de usar y tirar. No se pueden hacer grandes planes.

¿Intranquilo por la crisis de los treinta?

¡Vaya pregunta! A veces pienso en la muerte, no lo niego. Estoy casi en la mitad de mi vida y con el doble estaré cerca de la jubilación. No sé si es crisis pero sí que me planteo muchas cosas.

A este ritmo, cuando llegues a los cuarenta ya me contarás. ¡Vaya respuesta!

Mi novia me dice a veces que me he preocupado demasiado joven por cosas que quizás no hayan sido de mi edad, pero he sido y sigo siendo así. Me preocupa la educación, la política, la sociedad, la religión…, cosas que con veinte años ya ocupaban mi pensamiento. Hoy me ocupo en ser feliz.

¡Un escritor que no viaje, no es escritor ni “ná”!

Yo he viajado mucho, me encanta. He ido a París, Roma, Florencia, Londres, Lisboa, Miami, Dubai, Barcelona, New York… Me pateo el mundo cuando puedo, y este año ya tengo planeado ir a la Costa Oeste de Estados Unidos y Hawaii.

Vale, aclarado. Eres escritor.

(Las risas se suceden)

¿Te inquieta algo?

El perderme cosas en la vida, el dejar de conocer, el no conseguir lo que deseo, en pensar que en un lejano futuro pudiera arrepentirme de no haber disfrutado más de lo que lo haya hecho… Quiero ser feliz y en el camino disfrutar de modo intenso y vivir lo máximo posible.

Pero la vida eterna no es una realidad ¿o sí?

Aunque seamos o no creyentes, pero más aún si lo somos, creo que no estamos preparados para descubrir en vida el desenlace del siguiente paso tras la muerte física. Hay un relato anónimo que me parece genial. Lo protagonizan dos gemelos en el vientre de la madre.

Uno le decía al otro:

-       Oye ¿tú crees en mama?
-       ¿Mamá? –decía el otro– Mamá no existe. ¿Tú la has visto?
-       No, yo no la he visto, pero la siento. Y a veces, si presto mucha atención, hasta la escucho.
-       ¡Anda ya! ¿Cómo va a existir vida fuera de la placenta? Es imposible la vida fuera de aquí. Estamos conectados por un cordón umbilical.
-       Bueno ¿no será que no estamos preparados para esa vida fuera de la placenta? Igual no. Tal vez nos imaginamos esa vida como es la que conocemos ahora.
-       No, no, olvídate. No es posible la vida fuera del útero, y Mama, ¡no existe!

En definitiva, creo que es una cuestión de fe. Pienso que no estamos preparados para comprender lo que vendrá después. Hasta que no lleguemos al nuevo nacimiento nuestro raciocinio no trascenderá al conocimiento más allá de la reencarnación, la salvación o la vida eterna.

¿Miedo a la muerte?

Le tengo respeto. Si estuviese cercano a ella seguro que me aterraría, aunque más que eso, entraría en un cuadro de profunda tristeza. En la zona en la que vivo, el Campo de Gibraltar, existe un índice demasiado alto de casos de cánceres, y si yo ahora muriese joven la pena vendría por no disfrutar más de mi hermana, de mis padres, de todo lo que la vida me puede dar: los viajes que deseo realizar, las novelas que quiero escribir, los éxitos que aspiro tener, la educación que anhelo ofrecer, las aventuras que aún están por emprender…

¿Mano dura, mano blanda o pasotismo?

Un líder tiene que tener autoridad, esto es indiscutible, pero para ello no es necesaria la mano dura sino saber conseguir el respeto sin alzar la voz. Hay que ser ejemplo, hay que ofrecer cosas que no suelen ofrecerse con frecuencia, cosas atractivas y que llamen la atención, y siempre hay que saber tratar a los demás teniendo en cuenta sus virtudes y defectos. Nunca reprochándoles los errores, siempre enseñando a aprender, a conseguir las metas. Es decir, saber motivar a otros para que lleguen a ser líderes.


Un William Wallace seguidor de las sagas de juegos de rol y amante del verde primavera y del negro dulce del chocolate, se deleita con el aroma a tierra mojada, con la gastronomía y la esencia de un pueblo orgullo andaluz.

Comprometido con la sociedad y con la educación no acaba de desenmarañar los sentimientos encontrados que le produce la actividad socio-política en España.

Católico, apostólico y romano es crítico de la Santa Madre Iglesia y no por ello detractor. Opina sobre uno de los grandes aciertos de los últimos años en la iglesia: el Papa Francisco, de quien se declara seguidor.

Álvaro es un coctel explosivo de sensibilidad, de generosidad, de amistad, de, en definitiva, amor a la buena educación, al saber estar, a la misión que tiene la formación en las escuelas, a la diplomacia y la coherencia entre seres racionales.

Afortunado bajo el amparo de una familia trabajadora, luchadora y educada en los viejos valores, no lo ha sido tanto en el, tal vez, complemento aristocrático necesario para sentirse en plenitud, quizás por la aspecto de buena gente y, por encima de todo, genuino corazón. Dolido por la traición y agradecido por el afecto y la ayuda de los demás, la sonrisa fresca y cómplice, reservada y discreta, de su pareja, una farmacéutica responsable y divertida, una mujer, como asevera el protagonista de esta historia, de las de antes, hace que el desafío del Universo se torne encubridor del destino que los astros le tienen reservado a ambos: el triunfo.

Juanjo Sánchez © 

22 de junio, 2015. Hotel Reina Cristina, Algeciras – Cádiz – 

“¿Y que te voy a contar de mí? Es algo complicado.”

Decía al comienzo de la entrevista Álvaro Calvete.





Todos los derechos reservados Juanjo Sánchez 
©

domingo, 7 de junio de 2015

Descubriendo realidades.

Descubriendo realidades. Mundo interior en constante pensamiento.

Tras la presentación del libro “Una realidad oculta” del novel escritor Sergio Gutiérrez y el homenaje a D. Andrés Gómez Serrano, presentación a cargo de la Ilustre Concejala Dª. Pilar Pintor, el Dr. D. Ricardo Mediavilla Chico y el editor D. Javier Almenar Director General de la Editorial Disliesind he de escribir, con cierta dificultad y acentuado compromiso, mis sensaciones tras finalizar el notorio evento en el que han participado de modo virtual D. Enrique de Vicente, Iker Jiménez y Javier Sierra entre otros personajes destacados de la Ufología internacional.

Pero no se confundan. Este compromiso va más allá del evento en sí, impresiones que comunicaré una vez leída la obra mencionada. Este compromiso personal se dirige a lo sucedido una vez finalizado del acontecimiento y camino de casa.


"Escribir es que le dejen a uno llorar y reír a solas."
Ramón Gómez de la Serna

Cuando los astros parpadean cómplices de sus caprichos, cuando la luna juguetea con el sol al escondite, cuando el sol resplandece víctima de su fogosidad, cuando los eclipses resaltan la turbadora belleza del Caos y la luminosidad del amanecer acentúa la esperanza de una nueva alborada, cuando la abundancia coquetea con la necesidad, cuando las experiencias se arriman a la vocación de auxilio; cuando los abrazos, las caricias, la gente llana, la sinceridad y los alientos carecen del apetito de reconocimiento y afloran sin esperar afirmación; cuando la generosidad chorrea perlas inmaculadas de ilusión, cuando la educación carece de fallas, cuando las grietas de la inocencia se ensamblan con preceptos y experiencias; cuando las lágrimas de un padre descubren tormentos pasados, cuando las de una madre denotan cansancio y reclaman oxígeno de vida, cuando las de un hijo luchan por no ruborizarle; cuando los disparates de otros tiempos forasteros y ancianos resurgen en la memoria; cuando ciertas cargas emocionales, compromisos indebidos, miedos ancestrales, complejos heredados, soplos contaminados por caries y almas desgajadas por la altivez se acurrucan en sollozos; cuando los esfuerzos de supervivencia y de protección de la manada se acentúan, ocurre lo que ocurre, en el camino se estrellan los vividores, se pierden en cruces de caminos las soberbias, las envidias, los celos, las arrogancias, la frialdad de las miradas y el vacío de las almas…

  … y el camino se purifica …

 … Centellea el coraje de los luchadores, los corazones vierten lágrimas de dolor, las almas derraman necesidades, la memoria rememora episodios infinitos, las conciencias lamentan la debilidad, las fortalezas se desmoronan frente a los abusos, los miedos se enfrentan a su devastación, los lamentos por el recuerdo empujan al cambio y la cordura a ser honestos, consigo y con los demás, al éxito, a desaprender para reaprender, a ser un eterno joven que se sorprende a diario, que desea seguir conociendo, que ansia ser diferente, dominante sobre sí mismo, mejor que ayer y peor que mañana, pero nunca más que nadie sino singular y distinto.

Conseguir lo que se desea está en las manos de quien tiene esa varita mágica de mago, una varita con la precisión de un bisturí que secciona almas y purga los errores.

Cuando la grandeza de la caridad se guarece en corazones frágiles de nácar las paredes del alma transpiran “Amor”. Cuando el hombre se corona de sabiduría la grandeza de la creación hace un guiño cómplice al destino.

Si la magia de la fe se encuentra en la creencia y la esperanza de vivir, si el calor de la ilusión tiene aroma a primavera, si el misterio no ha pasado de moda y las religiones siguen siendo manipuladas por los extremismos, si la ambigüedad de la ventisca provoca confusión, si el perfume de la esencia mana del interior, si las hadas, duendes y otros seres mitológicos cortejan los sueños, si la verdadera amistad se enfrenta a la desolación del volcán y las vendettas de familia, en la profunda y negra piel de toro, existieron, también existen personajes únicos e incomparables, personajes con sentimientos que no esconden, que no tienen temor a mostrar quizás buscando la transmutación hacia un nuevo capítulo de su existencia, un capítulo por escribir con letras de seda dorada, de quehaceres honorables y nobles sentimientos, esos que se manifiestan cuando los ingredientes se cocinan en el crisol del alma: las lágrimas y razón sazonados con amor y sensatez.

Cuando los latidos desbocan yeguas y los jinetes saben controlar las adversidades, los héroes vitorean a los nuevos “Caballeros de Honor”.

En honor y agradecimiento por un sábado especial en la tierra de los especiales junto a Pedro Calvete Martín, Álvaro Calvete Aguilar, Vanesa Hormigo y José María Gutiérrez. 

Si “En las cajas de lápices guardan sus sueños los niños.” - Ramón Gómez de la Serna - , ¿por qué no guardamos los adultos en el corazón de nuestros seres queridos nuestras emociones? 

Juanjo Sánchez  ©


miércoles, 3 de junio de 2015

Mar Marchante Ortega

  Mar Marchante Ortega es un ave nocturna que se recrea en la introspección que el reflejo de la diosa luna inspira al poeta. Es una princesa medieval enamorada. Mar es el pulmón marítimo que oxigena la tierra. La esperanza y alegría de los pobres, la abogada de los desequilibrios.

Si la vida es una competición Mar Marchante es una de las más sólidas defensoras de la libertad, de la vida, de la superación, de la creación de nuevos espacios de amor, de poemas. Mar es la fusión con el líquido elemento, un elemento de acuarelas azules, de vientos de cambios, de espacios decorados por la espuma y el salitre y teñido de aromas a Mar. Mar quien muerde el alma de nuestra poeta recibe el elogio de su víctima, una enamorada del vaivén del oleaje, de sus misterios, de su bravura, de su encanto, de su paz y de su enojo.

Una profesora vocacional que enseña por placer más que por obligación. Una poeta con nombre con denominación de origen: Macarena.


"La vida no se trata de encontrarte a ti mismo, la vida es crearte a ti mismo", George Bernard Shaw. Escritor irlandés


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¿Quién es Mar Marchante? ¿Nos muestras un poco de ti?

Soy una algecireña enamorada de su ciudad, Algeciras. Enamorada del mar que la acaricia, del mar al que siempre miro y admiro. Mi vinculación con el Mar es muy estrecha. Cuando me fui a Sevilla a estudiar empecé a echar mucho de menos el mar. A mis regresos me pasaba las horas muertas observándolo desde la terraza de la casa de mi madre. Nadie mejor que ella para acertar que me tenía que llamar María del Mar, como la patrona de Almería, de donde ella es.

¿Sueles conseguir lo que te propones?

¡Siempre! Podré tardar más o menos pero al final consigo lo que me propongo.

¿Eres intuitiva? ¿Sueles tener corazonadas?

¡Sí! No soy nada cerebral. Soy muy pasional. Si tengo un sueño, una corazonada o un pálpito… lo persigo. Puedo equivocarme. No me importa. Al fin y al cabo estamos aprendiendo a vivir y a aprender de las equivocaciones.

¿Por qué?

No se puede aprender de los errores ajenos porque no te dejan las cicatrices que son necesarias para aprender por ti mismo.

En algún momento alguien me recomendó que leyera biografías que eran una fuente de inspiración para mejorar uno mismo. ¿Crees que es algo necesario?

Las biografías de los demás son parte de un aprendizaje. ¡Sí! Es cierto, pero es un aprendizaje que se debe de adaptar a tu propia vivencia, así mismo, esa reinvención es la clave del aprendizaje. Me reitero en la idea de que nadie muere en carne de nadie, nadie escarmienta en carne ajena y a nadie le duele como te duele a ti lo tuyo.

¿Te adaptas con facilidad a las dificultades?

Me adapto con dificultad. Soy una persona muy fuerte pero muy sensible. Mi fortaleza empieza cuando creo que estoy totalmente hundida. Cuando toco fondo es cuando me conciencio de que tengo que levantarme. Ya no hay pasos atrás. Cierto es que desde que soy madre me he dado cuenta que tengo una fuerza que desconocía. Soy de llorar mucho, de patalear, de sufrir pero al final, me adapto y progreso adecuadamente.

¿Qué es ser madre?

Ser madre da fuerzas. Ser madre es aprende a usar las alas que te crecen cuando nace tu hijo.

¿Tímida o extrovertida?

Muy extrovertida, pero esto es quizás apariencia. Los escritores en el fondo somos grandes tímidos.

¿Qué defiendes a ultranza?

La verdad, la honestidad. Si hay algo que no soporto es la mentira, las verdades a medias, a la gente que miente, a la gente extremadamente diplomática. Defiendo a ultranza los valores tradicionales: el amor, el respeto, la honestidad, la generosidad - algo que hoy día es muy difícil observar, la gente se ha vuelto muy egoísta -. Defiendo luchar por el sueño que tienes. Yo he estado muchos años pensando que sería escritora y que el libro que escribiera me provocaría un placer infinito. Quizás los sueños puedan ser descabellados pero son sueños, son ilusiones que no se deben de romper. A veces hay que esperar un día o toda una vida para conseguirlos, pero sí, me he dado cuenta de que si se lucha por los sueños se acaban consiguiendo.

¿Quién es tu madre?

Una heroína del destino. Ella es una luchadora. Hablo de ella en un poema que se llama: “Valerosa Amazona”. Desde muy pequeña ha tenido que luchar a diario. La vida es lucha. Ella no tuvo la oportunidad de estudiar, se dedicó a ser las manos que le faltaban a mi abuela. Le ayudó con sus hermanos. Si ella está orgullosa de que yo consiguiera ser profesora, más orgullosa estoy yo de ella. Ella no sabe hasta que término lo estoy. En la etapa más difícil de mi vida tuve que apoyarla a superar un cáncer de mama. En cambio fue ella la que me ayudó a mí a superarme. Anímicamente fue lo que la salvó. Pienso que las personas que perseveran en la lucha son las que alcanzan sin duda sus objetivos.
Yo me miro en el espejo de mi madre para luchar.

¿Quién fue tu padre?

Una persona maravillosa. Por desgracia se fue cuando yo tenía veinticinco años. No he podido compartir con él a mi hijo, ni mis becas, ni mi primer libro… A pesar de ello, veo muchas cosas de mi padre, en mi hijo, en su sonrisa.
Un enamorado de Algeciras. Muchísimas personas le querían y le conocían. Tenía una visión de la vida muy particular, muy especial. Cuando nadie viajaba el había viajado por medio mundo. Visitó París, Roma, Nueva York... Valoraba muchísimo la cultura, el intercambio de sensaciones y de experiencias, probar comidas nuevas, ver otros amaneceres con otros colores diferentes. Es algo que me inculcó. Nos llevaba a mi madre y a mí por toda España. Recuerdo con nostalgia cuando contrataba a guías turísticos en Granada para que yo aprendiera sobre la Alhambra y su “Patio de los Leones”.

¿Cómo recuerdas las navidades junto a él?

Recuerdo que la Navidad era su época fuerte de ventas. El era representante de productos alimenticios. A pesar de ser la época en la que más dinero podía ganar, era en la época en la que más regalaba. Recuerdo los pasillos de casa llenos de regalos para repartir. Mi padre fue una persona muy generosa.
Tengo un recuerdo muy especial desde pequeña. Igual no me hubiese dejado contarlo si aún estuviese vivo, pero por desgracia, como no está lo cuento. Ya no me va a regañar… Todas las Navidades me obligaba a ir en secreto al asilo de Algeciras a llevarle a las monjitas cajas y cajas de productos navideños. Como nunca me dejó decir de quién venían cuando las monjitas me preguntaba yo no podía decirles nada. Ellas me daban un besito en la frente y me regalaban una estampa que siempre guardaba con mucho cariño.

¿Cuáles son tus zonas erróneas?

Eso lo has cogido de un poema que se llama “Testamento” de mi libro “Metáforas de Mar”

No, sino en alusión al libro del Dr. Wayne W. Dyer

¡Ah! Mis zonas erróneas son todas aquellas que han surgido por equivocación. Todas las apuestas fallidas que he hecho, todos los errores que he cometido, todas las veces que he confiado en alguien y he fallado, todas las veces que he intentado cerrar una cicatriz sin puntos de sutura y eso es imposible porque sigue sangrando siempre. Mis zonas erróneas son batallas abiertas que al final no tienen ninguna historia. Supongo que todos tenemos zonas erróneas lo que ocurre es que no todos deciden verlas o enfrentarse con ellas. Creo que hay ser valientes, que la vida no es refugiarse en la mentira, ni en la cotidianeidad o la rutina porque eso no es vivir sino morir cada día un poquito más rápido. En la vida hay que avanzar y encontrarse vivo. Esas zonas llegan a tener demasiado protagonismo en la vida y hay que armarse de valor y decidir afrontarlas, aprender de los errores para no cometerlos de nuevo. Tras ello hay que decidir comenzar la vida de nuevo, dejar el pasado donde se encuentra, no sufrir más por él, a veces, ha podido hacer mucho daño y hacerte a la idea de que la vida es maravillosa, que hay que vivirla a pesar de creer durante un tiempo que se ha estado muerto.

¿Sueles dejar para mañana lo que puedes hacer hoy?

¡Nunca!

¿Donde se encuentran los brotes de esperanzas?

En el día a día, en mi hijo y observar como progresa paso a paso, en la superación de la enfermedad de mi madre; a veces nos damos cuenta de que no es tanto como creemos cuando dan la mala noticia porque luego se puede superar. En mi caso también en la nueva pareja que te invita a salir de la cama con una nueva sonrisa, reforzada, alegre, sin miedos ni engaños. Una persona que me hace sentirme una mujer maravillosa. Los brotes de esperanza los percibo en el sol de cada día, en un amanecer, en agradecer a diario cuando me levanto el seguir viva, en mis amigos que nunca me abandonan…

¿Sueles pensar en la muerte?

Durante un tiempo me atormentaba. Sobre todo cuando murió mi padre. Solo pensaba en eso. Me marcó. Me marcó que estuviese dos días en coma antes de marcharse. Pero ya no pienso en ella. Si piensas en la muerte no vives. Tengo la convicción religiosa en mi Dios que no en la Iglesia. Creo en Dios, creo en los hombres de buena voluntad como él decía, en los hombres que hacen la Iglesia.

¿En quien o en que tienes fe?

Le tengo mucha fe a Juan Pablo II y a la Madre Teresa de Calcuta. Y una fe exagerada a la Virgen de la Macarena. Eso me hace pensar que la vida terrena es un paso y un paso más es la muerte. Todos necesitamos pasar ese trance para regresar, porque regresaremos. Todos regresamos para reencontrarnos con un cuerpo nuevo y una mente nueva. Creo que es un renacimiento, una reconstrucción, una regeneración del ser. Necesitamos morir para volver a nacer.

Convencida de la reencarnación

¡Por supuesto! Con total seguridad. Tanto que creo haber sido en otra vida anterior un ciudadano del foro romano en cuerpo de hombre. Desde siempre he estado vinculada a Roma. Aún, por avatares del destino, no la conozco. Pero tengo la seguridad que algún día volveré.

¿Cómo nace en ti la atracción por las letras?

Desde pequeña comienzo a leer clásicos como Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Machado, Lorca, Miguel Hernández. Yo amaba la literatura. Me enamoré de ellos a primera vista. Yo quería ser escritora. Cuando yo leía un libro sentía, y sigo sintiéndolo cuando leo, que a mi alrededor no existía nada más. La literatura es un Universo que te traga. ¿Has leído “La Vorágine”?

¡Sí!

Pues esa selva que acaba tragándote para mí, a veces, es la literatura. La literatura traga para que olvidemos los problemas de alrededor, para abrir horizontes nuevos. La literatura puede tragarte, embullirte y no darte tregua o salvarte.
En una entrevista me preguntaron en una ocasión que si había algún libro que no pudiera leer. Yo no creo que no haya libros que no se puedan leer sino que hay libros con los que no conectas en tu realidad. En otro momento de tu vida, quizás puedas,  acercarte a ellos. No hay momentos inadecuados o libros inadecuados para la literatura sino momentos en los que tienes que dejar pasar un tiempo para volver a acercarte a ese libro.
La literatura para mí es por una parte Salvación, a veces escribo para defender lo que pienso, es siempre una catarsis, sobre todo cuando escribo poesía y por otra es un grito de denuncia.
Como dijo Huidobro: “El adjetivo cuando no da vida mata”
Quiero crear una literatura imposible, una literatura artística, recreadora, evocadora, cercana. Quiero que las personas que lean lo que escribo,  sientan lo que escribo.
Decía también Huidobro: “Poetas haced que las rosas se conviertan en verso”. Es lo que pretendo.

¿Es el dinero o la fama los motivos de tu escritura?

No escribo a menos que sea por necesidad de escribir, de transmitir.

Poesía e investigación, ¿has pensado en la novela?

Pocos saben que tengo una novela que estoy escribiendo: “El misterio de Adela”, a pesar de ser muy complejo escribir los sentimientos en un género inventado. Hay que saber orquestar muy bien la polifonía de las voces que se suceden en la novela y ello es algo arduo.
Siempre le digo a mi amigo Stewart Mundini otro de los grandes de las letras de Algeciras que la poesía habla de uno mismo, mientras que la literatura de la novela es la otredad, es el hablar del otro. Yo no puedo ser objetiva, casi siembre soy subjetiva, así que si quiero hablar de sentimientos no puedo inventarlos.

Si no escribes por escribir, sino por escribir bien debes de hablarme de Álvaro Calvete

¡Bueno! Álvaro es amigo mío, compañero de profesión somos profesores.
Le decía a él cuando estaba leyendo “La enviada de Dios”: Álvaro estoy leyendo “El Código Da Vinci”. Vi tan logrado, tan cohesionada la trama, los detalles que me parece un escritor magnífico. Álvaro tiene una mente maravillosa. Su primer libro: “La Alianza de los Reinos” es muy buen libro. Es un libro de literatura artúrica del Medievo, pero el salto que ha dado hacia la intriga y el thriller psicológico, con sus encuentros y desencuentros con el destino me parece increíble. Ese salto temporal de la literatura artúrica de novela medieval a ese thriller psíquico me sorprendió.

¿Consideras que hayas conocido en alguna ocasión la felicidad?

El día más feliz de mi vida fue cuando nació mi hijo. Yo creía que ese día sería el tope. Pero no. Ahora estoy pasando una felicidad muy bonita, mucho más madura, más reposada, más serena, sabiendo lo que quiero. Creo que en la vida, salvo ocasiones especiales, la felicidad absoluta como valor no existe. La felicidad con mayúsculas no se puede tener todo el tiempo. Quizás sean instantes y esos son los que llenan, a los que hay que aferrarse. En estos instantes puedo decir que he encontrado una pareja que me hace inmensamente feliz, que es genial con mi familia, con mi hijo, conmigo y con mis amigos.

¿En que momento le encuentras?

Cuando menos creía que aparecería. Llegó en un momento en el que me encontraba desnuda en la vida. Fue un momento en el que me di cuenta de que el proyecto de vida en el que invertí diecisiete años se vino abajo. No tenía fuerzas para mirarme al espejo. El me enseñó que si no me quería a mi misma no podría querer a nadie. De repente aprendí a quererme y a quererle. Apareció en mi vida como un mago. Es una persona honesta, honrada, con unos valores morales increíbles, una persona que admira mucho mi trabajo, que me valora, me anima, me apoya. El es Luis.    

¿Has cumplido algún sueño de cuando fuiste niña?

Ser profesora, ver mis libros publicados, ser madre… Muchos.

Un sueño por cumplir

Ir a Roma, ser Jefa de Estudios en un colegio.

Un secreto

Ya he hablado de mi gran profesión y devoción por la Virgen de la Macarena. Poca gente sabe que cada año que estudiaba en Sevilla iba a verla. Ahora que ya no estoy en Sevilla la noche que sale del templo la espero en Canal Sur Televisión a que procesione. Además tengo prometido llevar a mi niño a verla. Te cuento algo más. Mi hijo es muy Macarenito. El siempre, como yo, ha sido un niño atípico. A mí no me gusta la gente muy común, no es mi estilo ir con el rebaño, me gusta marcar la diferencia, salir de la norma y mi niño no se dormía con ninguna nana, sino con la marcha de la Macarena. Y claro le cantaba el Himno de Carlos Cano que dice: “En el árbol de la Macarena…” Cuando alguien dice Macarena dice: “Macarena, guapa, guapa y guapa” y solo tiene dos añitos.

¿Qué opinas de las penurias que están ocurriendo hoy día?

Durísimo. Lo que si he podido comprender de las circunstancias que se están viviendo, de las situaciones que hacen que muchos sobrevivan, es que los ricos cada vez son más ricos y los pobre menos agraciados, más pobres. Que hay un montón de gente solidaria que hace mucho y no se sabe, que cuando se está en sitios complicados se conocen gente buena, gente que seguramente si la ves por la calle no llegas a conocerles. Cuando esto ocurre, cuando te das cuenta de los dramas que acechan a las familias, en ocasiones te sientes privilegiado a pesar de tus problemas. Hay gente que siguen apostando por la humanidad, que siguen ayudando a los demás, que te llaman para saber cómo sigues, personas con un corazón enorme, que sigue habiendo personas que aportan y aportan en positivo. Aunque también las hay muy malas que si te ven mal te pisotean en vez de ayudarte. A esas personas no les deseo el mal, al fin y al cabo, necesitarán suerte. La necesitarán tarde o temprano. Este tipo de personas nunca acaba bien.

Tu máxima

“No hacer mal a nadie”. En las circunstancias adversas siempre se encuentran grandes personas, grandes amigos que no esperabas encontrar en el camino. De todo lo malo se puede sacar algo bueno por pequeño que sea. Por ello merece la pena pasar los malos momentos.




María del Mar Macarena Marchante Ortega

Juanjo Sánchez ©
22 de mayo, 2015