domingo, 7 de junio de 2015

Descubriendo realidades.

Descubriendo realidades. Mundo interior en constante pensamiento.

Tras la presentación del libro “Una realidad oculta” del novel escritor Sergio Gutiérrez y el homenaje a D. Andrés Gómez Serrano, presentación a cargo de la Ilustre Concejala Dª. Pilar Pintor, el Dr. D. Ricardo Mediavilla Chico y el editor D. Javier Almenar Director General de la Editorial Disliesind he de escribir, con cierta dificultad y acentuado compromiso, mis sensaciones tras finalizar el notorio evento en el que han participado de modo virtual D. Enrique de Vicente, Iker Jiménez y Javier Sierra entre otros personajes destacados de la Ufología internacional.

Pero no se confundan. Este compromiso va más allá del evento en sí, impresiones que comunicaré una vez leída la obra mencionada. Este compromiso personal se dirige a lo sucedido una vez finalizado del acontecimiento y camino de casa.


"Escribir es que le dejen a uno llorar y reír a solas."
Ramón Gómez de la Serna

Cuando los astros parpadean cómplices de sus caprichos, cuando la luna juguetea con el sol al escondite, cuando el sol resplandece víctima de su fogosidad, cuando los eclipses resaltan la turbadora belleza del Caos y la luminosidad del amanecer acentúa la esperanza de una nueva alborada, cuando la abundancia coquetea con la necesidad, cuando las experiencias se arriman a la vocación de auxilio; cuando los abrazos, las caricias, la gente llana, la sinceridad y los alientos carecen del apetito de reconocimiento y afloran sin esperar afirmación; cuando la generosidad chorrea perlas inmaculadas de ilusión, cuando la educación carece de fallas, cuando las grietas de la inocencia se ensamblan con preceptos y experiencias; cuando las lágrimas de un padre descubren tormentos pasados, cuando las de una madre denotan cansancio y reclaman oxígeno de vida, cuando las de un hijo luchan por no ruborizarle; cuando los disparates de otros tiempos forasteros y ancianos resurgen en la memoria; cuando ciertas cargas emocionales, compromisos indebidos, miedos ancestrales, complejos heredados, soplos contaminados por caries y almas desgajadas por la altivez se acurrucan en sollozos; cuando los esfuerzos de supervivencia y de protección de la manada se acentúan, ocurre lo que ocurre, en el camino se estrellan los vividores, se pierden en cruces de caminos las soberbias, las envidias, los celos, las arrogancias, la frialdad de las miradas y el vacío de las almas…

  … y el camino se purifica …

 … Centellea el coraje de los luchadores, los corazones vierten lágrimas de dolor, las almas derraman necesidades, la memoria rememora episodios infinitos, las conciencias lamentan la debilidad, las fortalezas se desmoronan frente a los abusos, los miedos se enfrentan a su devastación, los lamentos por el recuerdo empujan al cambio y la cordura a ser honestos, consigo y con los demás, al éxito, a desaprender para reaprender, a ser un eterno joven que se sorprende a diario, que desea seguir conociendo, que ansia ser diferente, dominante sobre sí mismo, mejor que ayer y peor que mañana, pero nunca más que nadie sino singular y distinto.

Conseguir lo que se desea está en las manos de quien tiene esa varita mágica de mago, una varita con la precisión de un bisturí que secciona almas y purga los errores.

Cuando la grandeza de la caridad se guarece en corazones frágiles de nácar las paredes del alma transpiran “Amor”. Cuando el hombre se corona de sabiduría la grandeza de la creación hace un guiño cómplice al destino.

Si la magia de la fe se encuentra en la creencia y la esperanza de vivir, si el calor de la ilusión tiene aroma a primavera, si el misterio no ha pasado de moda y las religiones siguen siendo manipuladas por los extremismos, si la ambigüedad de la ventisca provoca confusión, si el perfume de la esencia mana del interior, si las hadas, duendes y otros seres mitológicos cortejan los sueños, si la verdadera amistad se enfrenta a la desolación del volcán y las vendettas de familia, en la profunda y negra piel de toro, existieron, también existen personajes únicos e incomparables, personajes con sentimientos que no esconden, que no tienen temor a mostrar quizás buscando la transmutación hacia un nuevo capítulo de su existencia, un capítulo por escribir con letras de seda dorada, de quehaceres honorables y nobles sentimientos, esos que se manifiestan cuando los ingredientes se cocinan en el crisol del alma: las lágrimas y razón sazonados con amor y sensatez.

Cuando los latidos desbocan yeguas y los jinetes saben controlar las adversidades, los héroes vitorean a los nuevos “Caballeros de Honor”.

En honor y agradecimiento por un sábado especial en la tierra de los especiales junto a Pedro Calvete Martín, Álvaro Calvete Aguilar, Vanesa Hormigo y José María Gutiérrez. 

Si “En las cajas de lápices guardan sus sueños los niños.” - Ramón Gómez de la Serna - , ¿por qué no guardamos los adultos en el corazón de nuestros seres queridos nuestras emociones? 

Juanjo Sánchez  ©