sábado, 22 de noviembre de 2014

Juanjo & Juanjo, Juanjo "Argolla y Pañuelo" con Juanjo Sánchez


Con la diversidad de sensaciones, momentos disfrutados, risas y alegrías, las posibilidades que Juanjo encuentra para divertir y divertirse, junto a quienes le desean acompañar­, van "in crescendo" con el paso de los momentos vividos. Más allá del arte que sus sentires ancestrales, en tierra con colorido morisco, y junto a una guitarra, la mezcla con la que, envuelto en su disfraz que no es velo, y dirigido por la batuta de su sensibilidad acaricia las seis cuerdas de una guitarra acústico-eléctrica de la que destila cánticos en honor a Apolo Licio, el Dios grecorromano de la música. 


Juanjo Argolla atrapa y consigue con ello que la educación y la pedagogía de los valores, esos aspectos diarios que se deberían de desempolvar y promocionar, entre la juventud y la infancia, retornen sobre los pasos del ancestral artesano cultural: maestros y docentes; y habiten de nuevo entre los educadores de la buenas formas, del saber estar, de la amistad, la sinceridad, el respeto, el agradecimiento, la serenidad, la empatía, y tantos otros, hoy día dormidos. 

Juanito “el travieso”, sin pecas pero con pañuelo, el de Loli fue un pícaro, de aquellos sin maldad de mediados o comienzos del siglo XX, de la calle Colón de Algeciras y que con la madurez se ha convertido en un autodidacta y cantautor de cuna campo-gibraltareña, de la Villa Vieja de Algeciras, donde se dice a los que nacen allí ser dos veces de Algeciras, e hijo de Antonio Cibaja y Dolores Peña. 

Padre de cinco hijos, frutos estos del amor de relaciones que aportaron mucho, pero que tuvieron un final, ha conseguido asentar sus raíces con la que hoy llena su mirada, su corazón y la esencia de su alma, Evelyn una exótica mujer descendiente de conquistadores y nacida en otras latitudes. 

Su meta: llegar a la naturaleza de la inmaculada concepción, el AMOR. Sin ello la persona, según sus concepciones, estaría incompleta. Sus inclinaciones religiosas se fundamentan en una única y personalizada forma de vivir la vida, siempre inundada de momentos alegres y jamás ninguneada por las profundidades y deformidades de almas y miradas vacías. 





Juanjo, quien percibe la amistad como algo sagrado y de la que opina no ser objeto de trueque, compra o venta, como tampoco lo es, asevera, la mujer, descubre la importancia de la amistad en una buena elección de la misma, gracias a ser un sentimiento que se debe a la reciprocidad de ambas partes. Juanjo piensa que el descubrir al ser innato que todos llevamos dentro es un reto para la consecución de la plenitud existencial. 

Su felicidad se acompaña, como lo hace un pintor de su paleta de colores, de hermosos cuadros pintados con la brocha fina de sus sensaciones y con la inteligencia, siempre necesaria, para conseguir una gama de matices insólita. La intensidad del cuadro que durante una vida se va dibujando depende siempre del artista o actor quien consigue, o no, crear nuevos espacios de armonía y libertad. 

Transformista en el teatro donde se forma la vida se considera un ser humano corriente que desea encontrarse a sí mismo, percepción con la que algunos discrepan, quienes opinan lo contrario, catalogándole como un actor, en el sentido protagonista de su propia vida, al que el aspecto pirata le acerca a su esencia y con el que pierde el miedo escénico, el sentido del ridículo y la vergüenza, esa que jamás ha perdido, a pesar de indignarse como cualquier persona solidaria al empatizar con las circunstancias y dificultades sintiendo esa vergüenza ajena por circunstancias límites. 

Sensible, amable, cercano, adicto a las buenas costumbres, a la buena mesa, al “kefta”, a la cultura a los viajes alrededor del mundo Juanjo Argolla&Pañuelo es un triunfador, un Universitario Licenciado con oposiciones ganadas en la Administración Central; un autodidacta, músico, guitarrista, pintor, escultor de amistades y asesor de turismo, entre otras actividades, méritos, hobbies, virtudes y defectos.

Un profesional y un amateur que, lo que hace, es por amor y quien desearía rozar y acariciar con la yema de sus dedos el fino y transparente hilo que separa dos corazones. 

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¿Por qué una argolla y un pañuelo? 

Es mi ropaje e identidad desde mi época bohemia. Era y es el que me hizo encontrar a mi mismo a mi yo, quizás mi identidad en la posible reencarnación de un pirata. Creo en ella. 

¿Feliz con esta imagen quimérica, y aún así, convertida en realidad? 

Soy del pensamiento y la convicción de que vivimos en una dimensión en la que la principal vinculación es, o debería ser, mostrarnos tal y como somos. La fidelidad a uno mismo, para poder al menos intentar ser auténtico, buena gente y feliz, quizás una de mis virtudes. 

Tengo una teoría. Creo que hay algo más. Ese algo estoy convencido que nos ha puesto aquí, en este espacio y en este tiempo, como ejemplo para otros mundos de cómo no se debe de ser. 

La vida te va poniendo una serie de circunstancias, de aprendizajes, con los que ser mejor. 

Hay dos formas de ver la vida, una en plan positivo y otra en plan negativo. 

En la vida no hay problemas hay cuestiones a resolver, es decir, cualquier circunstancias que se viva es lo que va a provocar el disfrute de la vida o no. La vida tiene un límite y cada uno tenemos la ventaja de aprender para no desperdiciar el tiempo que tenemos. Mi epitafio me gustaría que fuese: “Quise vivir lo que ame pero sobre todo, ame lo que viví”. 

¿Quien fue María Morales Rengel? 

Mi abuela, materna, la mujer más bella que he conocido, una mirada gris-azul que perforaba. 

Soy de las familias que tienen la fortuna de haber vivido con los abuelos. Mi abuelo Juan, un ser excepcional lleno de bondad y sabiduría, ser lleno de amor hacia sus semejantes. Juan fue un aventurero. Algún día escribiré sus aventuras. No quiero que se pierdan. 





Hijo de Ceuta y ciudadano de Algeciras, enamorado de esta ciudad, ¿qué recuerdas de aquella infancia y juventud? 

Recuerdo todo, la felicidad que siempre he vivido, y la tristeza de perder a mi padre, murió muy joven. Siempre he lamentado, y seguiré haciéndolo, su perdida y también el que, después de haberle tenido bastante ocupado y preocupado, con mis ocurrencias de infancia y niñez, yo era un torbellino y muy travieso, que él no me haya visto, en los diferentes puestos que he venido ocupando como profesional. 

Eras Juanito, el hijo de Loli, ¿ese que no dejaba de hacer gamberradas? 

¡Sí! Digamos que travesuras. 

En aquellos años de excesos en la juventud nada tienen que ver con la mala idea que se gasta hoy, ¿verdad? 

Paso palabra , que tienes “mu” mala idea. 

(Reímos, él escabullendo lo comprometido) ¿Qué o quién es ese buque insignia con bandera pirata llamado Evelyn? 

Mi extranjera, mi compañera, mi cómplice, mi mujer. 

En el pase de modelos que hemos hecho por la plaza alta, hemos hablado sobre lo que se debe de perseguir en la vida. Sobre los momentos agradables, las sonrisas, el calor humano, las miradas que acarician, el no considerarse menos ni mejor que otros… Todo ello es lo que debería estar a la orden del día. En mi vida busco estos valores gente humana. 

Evelyn hoy día, me acompaña en mis actuaciones y composiciones musicales. Es un gran cómplice que colabora y me complementa en el escenario. 

Menos lobos, pirata. No dirás ahora que son grandes tus éxitos musicales, ¿no? 

¿Sí? (Ríe) Bueno ahora en serio. Depende la concepción de cómo se considere el significado del éxito. Depende también del placer que te produce hacer aquello que te hace feliz, si además ese placer hace feliz, por mínimo que sea, a otras personas te motiva y te hace ser un poquito más feliz. 

Por poner un ejemplo, “Farah” Zejel de “Abdul, una historia morisca”, al que le puse música es una declaración de amor. Fue un éxito en el que participó mi extranjera quien, acompañando con su voz, le dio el toque necesario. 

¿Alguna anécdota de esas que inspiran a las telenovelas venezolanas? 

Pues quizás sea que fui a Brasil aun sin querer. Un amigo me dijo que yo iba a donde el dijera, le había encargado y pagado ya un viaje que por motivos de conflicto, en el país deseado, no era prudente viajar. Y que le iba a hacer, tenía mis dineros y le hice caso. Y me encuentro en Fortaleza, Brasil. 

Como enamorado de la música lo primero que hice es ir a un evento musical. Llegué a la fiesta y por detrás me dicen: 

- ¡Hola! 

Lo primero que pensé: 

- “Estoy a miles de kilómetros de mi tierra, y doy con alguien que me conoce.” 

Fue algo tan curioso que me sorprendí. 

Miré y una muchacha me dice: 

- Hoy te vi en el aeropuerto. 

Al día siguiente vuelvo a encontrarme con ella de forma casual en otra fiesta y le dije: 

- Chiquilla, ¿otra vez tu? 

Ella tenía responsabilidades laborales en aquellos lugares. Desde entonces nos seguimos viendo hasta que finalmente me detuvo y ahora vivo secuestrado por su corazón. 

Se vino conmigo para España. 

Alguien que te detuvo en tierras extrañas, te secuestró y por fin te ha dado lo que te faltaba: un buen “cogotazo” y estabilidad. ¡Tú no has perdido el tiempo, pirata! 

Evelyn afianzó todas esas experiencias y solidifico los aprendizajes. Somos felices y seguimos aprendiendo juntos. 

¿Cuál crees que es la mejor enseñanza que le puedes dar a tus hijos? 

En la vida hay cuestiones por resolver, nunca problemas, y es lo que le tengo dicho a mis hijos. Y es lo que les he tratado de enseñar incluso, el más pequeño, quien ha asumido a la perfección esto que te cuento. En definitiva lo fundamental es que ellos lleguen a ser mejores personas, más de lo que ya son y de lo que yo pueda ser. 

¿Pirata Cristiano o sin Dios? 

La religión católica que he vivido me aportó buenas enseñanzas hasta el punto de aprender todos los valores que defiendo y ello gracias al amor, el respeto y la lealtad que me inculcaron.




¿Cómo recuerdas tu primera subida a un escenario? 

Fue en un evento en el Colegio Salesianos de Algeciras, me invitó un amigo a participar, dentro de la campaña de Navidad, para ayudar a los más necesitados. Allí cante públicamente por primera vez. Tendría yo unos doce años. 

¿Qué historia real tiene la canción de “ Castillitos de Cartones ”? 

Había un chaval que dormía en la calle y se cubría con lo que podía, le vi siempre en las escaleras del edifico del Kursaal cuando iba a mi trabajo. 

Le daba los buenos días y hablábamos unas palabras, le notaba su extrañeza al mirarme. hasta que un día me dice: 

- Juanjo no entiendo que tú te acerques y me des conversación cuando la gente pasa y ni miran . 

Y le dije: 

- Lo que no entiendo yo es porque no lo voy a hacer. 

¿Qué le sucedió? 

No lo sé, de un día a otro dejé de verle. Era una persona con cultura. Nunca le pregunté. Quizás por vergüenza ajena, por respetar su dolor, por no saber, tal vez, como entrarle. 

Luego pensado en él y en todos los que como él se ven en esa situación, compuse, canté y dediqué mi canción: “Castillitos de Cartones” a esas personas siempre con una historia por detrás. 

¿Qué drama tuvo que pasar en esta vida para verse en esas circunstancias? La ruleta de la vida. Nadie puede predecir que le va a ocurrir. Ese hombre, cuando terminé la canción y quise decírselo, ya había desaparecido. Finalicé la letra con las palabras: “Donde estés”. Dios nos libre de pasar por esos momentos. La canción está no solo dedicada a él sino a todos los que alguna vez han estado o están viviendo en la calle. 

¿Te da miedo la vida? 

¡No! ¡Sí! A veces, mucha desilusión y pena por los extremismos, por los que se creen en posesión de la verdad absoluta, por quienes se preocupan más del más allá, que del más acá, porque no se hagan todos los esfuerzos necesarios por hacer este mundo más humano, porque no busquemos un mundo en el que quepamos todos y porque no seamos, como deberíamos, solidarios. 


Creemos que siempre viviremos, que nos vamos a llevar todo y lo único que podremos llevarnos, y a la vez dejar, quizás sea solo el corazón, el cariño, el afecto humano y quizás poder tener la satisfacción, de al mirar atrás y poder decirse a uno mismo: - He dejado, o al menos lo intente, este mundo en mejores condiciones de cómo lo encontré para el disfrute de todos. 

¿Donde pones el parche pones el ojo o donde pones el ojo pones el corazón? 

Mi enfoque en la vida siempre ha sido el mismo: “No hay problemas, sino cuestiones por resolver”. Nuestra razón de ser, la tuya, la mía y la de todos es intentar al menos ser felices. Mi razón y la tuya, hablando de las personas, es encontrar nuestro camino, nuestra verdad, siempre acompañándonos sin entrar a diferencias, que ya la tenemos, sin entrar a conflictos, demasiados nos creamos creándoselos con estupidez a los demás. 

¿Existe cuestiones complejas o imposibles de solucionar? 

Siempre he hecho lo posible por solucionar aquellas cuestiones difíciles de resolver que hayan dependido de mí. Otro asunto es que me hayan excedido por que las soluciones estén fuera de mi ámbito o posibilidades. 


¿Es de justicia la falta de medios y la pérdida de privilegios que hemos tenido hasta que se han comenzado a cercenar los recursos en educación y sanidad? 

En este sentido he de afirmar que es una aberración que se corten recursos en conocimiento: educación, sanidad, cultura y arte cuando, a su vez, ni se obliga a devolver todo lo que se sabe han robado aprovechados, prevaricadores y vividores inmersos en diferentes ámbitos. Y lo más penoso es la existencia de la desigualdad de trato entre sinvergüenzas varios por motivos de estatus social. 

Un ejemplo, si se devolviese algo de lo sustraído, por este o aquel, quizás diese para un montón de becas, educación para los chavales y un largo etcétera. 

¿Monárquico o republicano? ¿Derecha, izquierda o centro? 

No me parece que, por inspiración divina, alguien sea más que otro. Yo soy de la razón, del orden, del esfuerzo, de la honradez… Qué sea de uno u otro dependerá de la inteligencia y el esfuerzo de quien se ha esforzado y de quien ha sabido superarse. No existe un solo color cuando el arcoíris es variado en ellos o cuando el blanco es la unidad de todos los colores. 

Te aprecian al otro lado de la orilla, así me lo hacen saber. Estas muy vinculado a la otra orilla y lo último que has hecho es musicar el Zejel de “Farah” en el libro: “Abdul, una historia morisca”. 

El cariño, respeto y amor por la otra orilla y sus gentes es mutuo. 

La otra orilla ¿te ha mostrado el mapa del tesoro? 

La fluidez con la que se narra en el libro mencionado el proceso de desmantelación de aquella riqueza, patrimonio del corazón de Al-Andalus, y que el tiempo detuvo en la historia, es una historia de amor creada. Tal historia de amor quiere mostrar la fugacidad de la vida frente al destino de dos amantes, separados a la fuerza y por decisión de un decreto de expulsión de los machos alfas dominantes en aquel momento. 

El paso inexorable de la vida me provocan sentimientos de necesidad. Necesidades de afirmar que, en esas otras dimensiones, de las que al comienzo hablábamos, aprenden de los errores que se comenten a este o al otro lado de la orilla. Los cauces para ser mejores vamos aprendiéndolos poco a poco con el paso de las generaciones, nos pulimos y transformamos. 

¿Quién quieres ser? 

Intento ser fiel a mí mismo porque si no eres capaz de ser fiel a ti mismo, no serás fiel nunca a nada ni a nadie. Quiero ser el granito de arena que aporte la construcción de una montaña de buenas intenciones. 


Nacido a las doce de la noche de una “Noche Buena” allá por el año ¿1915? ¿Estas navidades conseguirás ser centenario? (Ríe de forma pasmosa y misteriosa) 

Pues ya estuve muerto por ello tengo la gran suerte de que moriré dos veces y de momento nací una. ¿Quién sabe si volveré a nacer después de la segunda muerte? Muerte que espero llegue en mi fecha de caducidad, dentro de muchísimos años. Siempre he creído que un instante de intensidad vale más que años, días, meses, horas de pasar. Vivir con vigor es muy distinto y gratificante. 

Abuelito dime tú…, ¿morirás dos veces? 

Nací así. Parecía que cuando decidieron que yo tenía que llegar me quedé dormido, era ya muy tarde en la noche, había que dormir, ¿no? Me tuvieron que meter en agua fría para que reaccionara y ni por esa. Se montó un drama: lamentos y lloros. El niño está muerto. Después de un rato, la matrona que fumaba, por la razón que fuese, no lo sé, se le ocurrió hacerme el boca a boca y llenar mis pulmones de humo. De ahí quizás venga mi debilidad por ni fumar, ni beber. Al parecer, dice mi madre, tengo la fortuna de que aun viva, que comencé a llorar, y ya no les deje dormir. Desde entonces no callo ni bajo de agua. Digo yo, ¿no sería y será una protesta por la “putadita” de meterme “ná má recién nació” en agua fría y a esas horas? 

Si una vez hubo una coincidencia tan destacable: nacer una Noche Buena a las doce horas clavadas, ni minuto antes ni después ¿cuál fue la segunda coincidencia en la vida que te haya impresionado? 

El nacimiento de mi hija. De nuevo un 25 de diciembre pero horas después que yo. Claro sabría que a las doce al padre le hicieron la “puñeteria” de bañarlo en agua fría y dijo que “ni mijita”. 

Vamos a cambiar de temas que terminaremos hablando de otras dimensiones. ¿Cuándo pisas tierras marroquíes, Tetuán en concreto, que muelle se activa en ti? 

Yo, con mi aspecto de sueco: rubio, guapo, ojos azules, alto y resultón me he puesto una chilaba y he paseado como uno más de la zona que visitaba. He conocido la gente del pueblo, he hablado con ella, he aprendido de sus valores, de sus experiencias, de su cultura y sus emociones; me he sentado con el pescador cuando pescaba, con el anciano del pueblecito que hacía sus manualidades, con el niño que jugaba… Y siempre me he sentido como si estuviera en mi hábitat natural, como si fuera autóctono del pueblo. 

Al hilo de lo que comentas hay un cuento que escuché en voz de Luis Galindo, de autoría creo que propia, yal que conocí en Madrid, en Expomanagement 2012 y al que desde aquí, si me leyera, le envío un fuerte abrazo que dice: 






En global somos todos lo mismo personas, nuestras diferencias son los marcos con los que nos presentamos ante los demás. Nuestras las limitaciones y la educación que se haya recibido son fundamentales para, a partir de ahí, mejorar, aprender, avanzar, amar, emocionarse,… ¿Qué te emociona? 

La sonrisa o las lágrimas de un niño. El amor que pueda haber en una mirada. Aquel sentimiento limpio que nazca por, para y de una mujer. Soy un enamorado de la mujer. 

¿Entonces que opinas del maltrato de género? 

El mal trato debería considerarse delito en general, la igualdad ante la ley es un derecho fundamental que, ante circunstancias anticonstitucionales, no llega a hallar su verdadera razón de ser. 

Muy conciso, ¿crees en el poder de reinserción por el que dicen abogar desde las instituciones penitenciarias? 

No creo en la reinserción penitenciaria. Eso es una falacia en la mayoría de los casos. Pienso que quizás haya más gente fuera que debería de estar dentro, y gente dentro que debería de estar fuera. Aún así, seguro que hay muchos inocentes a quienes le han roto la vida y esa reinserción de la que se habla solo les ha podido crear malestar, dolor, odio, resentimiento y creación de nuevas experiencias innecesarias para la seguridad y bienestar de una sociedad. 

¿Existen intereses creados cuando se redacta y luego aprueban de las leyes? 

Pienso que están hechas para que cuando alguien les interese se apliquen. El ser humano es el que las elabora y el que las aplica, por eso siempre he dicho que la educación es fundamental para evitar las injusticias. 

¿El hábito hace al monje o es el monje el que edifica el hábito? 

El monje es el que hace al hábito. La dignidad de alguien no se formaliza o construye por llevar prendas de marca, una chaqueta, traje caro o corbata y un maletín, ni tampoco por aparentar ser lo que no son desde otros aspectos de la vida.

Esas personas que venden castañas en la calle, para mí, tienen más dignidad que el grupo de sinvergüenzas que con trajes y maletines, con pasados turbulentos y camuflajes en la actualidad, roban al pobre para enriquecer sus codicias e inflar sus egos. 

¿Cuándo te levantas por la mañana que ves tras la mirada en la que te reflejas al espejo cuando te miras fijamente? 

Al mirarme al espejo veo alguien que intenta ser el mismo. No quiero cambiar el mundo, quiero poner ese granito de arena para, entre todos, cambiarlo. Lo que si sé es lo que no deseo: que el mundo me cambie a mí. 

Juanjo, quizás sea otro secreto inconfesable, ¿tienes fundido el pañuelo a la cabeza, es de “quita y pon” o tienes una colección? ¿Alguno de marca como Armani, Lacoste, Hugo Boss, Nike, Playboy,…? Pregunto por que nunca te hemos visto sin él y me da la sensación que es un único diseño el que usas. 

Cuando estoy haciendo kitesurf lo cambio por el traje de neopreno, cuando me ducho lo cambio por la piel enjabonada, cuando me acuesto lo cambio por el acurrucarse entre las sabanas, cuando estoy desnudo lo cambio por mi piel. Y decir que nunca he sido de marcas, si he sido de sustancias. 

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Adicto al perfume que desprende su aguijón penetro en las profundidades del alma de un bohemio cantautor, de naturaleza pirata, amigo de sus amigos, pintor que retrata ilusiones, fotógrafo con el único objetivo de su corazón, gastrónomo y catador de los más selectos sabores que encontramos en la vida: la felicidad. 

Juanjo Cibaja, un ser extraño que afirma estar convencido de vivir en una de las ciento de miles dimensiones existentes, es más espiritual que religioso, quizás porque la religión en sí sea provocada por la escalofriante creación humana, esa que desde la necesidad de creer en algo otorga poder divino a lo natural de la creación cuando la creación divina es, siempre, algo más que ello y unida al amor; sin egoísmos, necesidades o desastres originados por la soledad y la falta de humanidad cariñosa entre humanos, sobre todo políticos y gobernantes. Quizás sea esta, Juanjo Argolla & Pañuelo, la respuesta a las plegarias de quienes necesitan una mano amiga, un corazón desprendido y un alma alegre. 

Alguien que ha estado presente en la primera parte de la entrevista dice: 

- No ha dicho nada. Para sacarle jugo a la entrevista. Te va a costar sudores. Nada de lo que te ha dicho es cierto. Solo digo que le recogimos en la Carretera de Guadacorte cuando hacía autostop con una guitarra a cuestas y sus ilusiones, solo tienes que ver que pinta tiene. Por el resto que te firme la veracidad. Además - Castillito de Cartones - es su autobiografía. 

Al despedirnos le digo: - Juanjo fírmame ahora mismo que tu entrevista es auténtica. Y me responde: - Nos vemos en un par de semanas en mi despacho. 

Al final ese par de semanas se convierten en siete días y me firma con la mirada y los encuentros intermedios la autenticidad de su corazón.

(¿Donde estará la certeza o la falsedad? Juzguen por ustedes mismos, yo ya lo he hecho y me quedo, después de la cruda realidad, con la versión de quien protagoniza este encuentro y no de quienes chismorrean. 30 Julio 2015)

El último de los piratas buenos, aunque quizás aparezcan otros, se despide hasta la próxima ocasión. 

¡Gracias a Juanjo Argolla! 

Juanjo Sánchez 
22 noviembre, 2014 Algeciras